Loza E/ Enfermería Investiga Vol. 9 No. 2 2024 (Abril - Junio)
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de 1,2 millones a 3,4 millones, siendo 17 525
hospitalizaciones pediátricas, representando el
0,65% de todas las internaciones, con una
incidencia de las 23,2 hospitalizaciones por cada
100 000 niños por año, con aislamiento del
Staphylococcus aureus en un 80% (2,7,8,9). En
Canadá, estudios realizados desde 1991 a 2005,
evidenció incrementos de procesos infecciosos con
una tasa de 7,4 por cada 100 000 habitantes, cuya
publicación reflejó que la bacteria más frecuente
como agente etiológico aislado fue el
Staphylococcus aureus meticilino resistente,
responsable de la infección de piel y tejidos blandos
(10).
En España se reportó que, la frecuencia de
resistencia a la meticilina del Staphylococcus
aureus se encontró entre el 9 y el 14,8%, como
causante de infección de piel y tejidos blandos (2,9).
En Argentina, investigaciones realizadas y avaladas
del 2009 al 2010 por el Instituto Nacional de
Enfermedades Infecciosas de dicho país,
informaron que el agente etiológico por grupo etario
fue: a) En menores de 12 meses el 85,4% de las
infecciones son causadas por Staphylococcus
aureus; b) De 1 a 5 años, 84% de las infecciones
por Staphylococcus aureus; c) De los 6 a 15 años,
74,6% por Staphylococcus aureus; y d) El 42 al 72%
de Staphylococcus aureus meticilino resistente (11).
Clasificación de IPPB
De dicha clasificación de las infecciones de piel y
partes blandas que afectan a la población
pediátrica, se conceptualizan como más frecuentes
y prevalentes las superficiales y de folículos pilosos;
entre las cuales se encuentran: celulitis, erisipela,
impétigo y absceso cutáneo y muy raramente, pero
como complicación severa y grave la fascitis
necrotizante que puede llegar a sepsis de origen
dérmico, shock séptico y síndrome de falla
multiorgánica y multisistémica (6). De ellas, las
superficiales se consideran el Impétigo, ectima; y de
las profundas la Erisipela, celulitis (5). Asimismo, de
folículos pilosos se estiman la Foliculitis,
forunculosis, ántrax, abscesos (7).
Celulitis
La celulitis estreptocócica, es una inflamación
aguda que se propaga de la piel y los tejidos
subcutáneos, por lo general resulta de la infección
de heridas o incisiones, pero también puede seguir
a un traumatismo leve. Los hallazgos clínicos
incluyen dolor local, hipersensibilidad, edema y
eritema. El proceso puede extenderse rápidamente
para involucrar grandes áreas de piel. Las
manifestaciones sistémicas incluyen fiebre,
escalofríos y malestar, y puede haber linfangitis,
bacteriemia o asociadas ambas complicaciones. A
diferencia de la erisipela, la lesión no se eleva, la
demarcación entre la piel afectada y la no
comprometida es indistinta y las lesiones tienen un
color más rosado que rojo salmón (7).
La manifestación clínica de lo anterior es
característica de ser una placa eritematosa
dolorosa, mal definida, escamosa, edematosa,
sensible, de color rojo oscuro o lívido eritema o
inflamación que rodea la entrada, siendo la
presentación más característica de este tipo de
infección (8,9,10,11). Los microorganismos
frecuentes que ocasionan esta infección de acuerdo
a su prevalencia son: en primer lugar, el
Streptococcus pyogenes, Staphylococcus aureus
con sus dos variantes: meticilino sensible y
meticilino resistente, Staphylococcus lugdunensis,
Pseudomonas aeuroginosas; otras que son menos
frecuentes según la infecciosidad, como:
Staphylococcus intermedius, Streptococcus
dysgalactiae, Streptococcus intermedius mixed
anaerobes, Eikenella corrandes, Pasteurella
multocida (5,10,12).
La ruptura de la barrera cutánea provocada por las
úlceras en las piernas, heridas, dermatofitosis, se
convirtió en un factor de riesgo para el desarrollo de
infección estreptocócica cutánea. Existe evidencia
sugestiva de infección local por dermatofitos,
pudiendo servir como reservorio de Estreptococos
β-hemolíticos que ocasionan erisipela o celulitis de
las extremidades inferiores (7). Un reservorio
potencial es la colonización anal por estreptococos.
Otros factores de riesgo es la obesidad, falta de
higiene, grupos de hacinamiento, tribus urbanas sin
domicilio entre otras (7). Los niños tienen más
probabilidades de contraer celulitis si tienen un
sistema inmunitario debilitado debido a
medicamentos o una afección médica, diabetes tipo
1 o diabetes tipo 2, o si tienen obesidad infantil u
obesidad adolescente (7,8,10,12). El tratamiento
que debe instaurar dependerá mucho de la variedad
de celulitis que se ha diagnosticado como a
continuación se indica:
a) Celulitis no purulenta: Celulitis sin drenaje
purulento o exudado y sin abscesos asociados,
cuyo agente causal es el Streptococcus pyogenes
seguido por el Staphylococcus aureus, donde la
terapia de primera línea se considera Cefalexina o
Amoxicilina. Si no hay una respuesta adecuada se
recomienda la cobertura con Clindamicina. En
celulitis facial sin puerta de entrada se prescribirá
Amoxicilina más ácido clavulánico, Cefuroxima o
Cefaclor (10).
b) Celulitis abscedada: El tratamiento de inicio será
el drenaje quirúrgico, agregándose antibiótico, que
dependerá de la severidad del cuadro clínico siendo
elegidos Clindamicina, Trimetoprim sulfametoxazol,
Doxiciclina o Linezolid (10,11).
c) Celulitis purulenta: Con drenaje purulento o
exudado en ausencia de un absceso drenado, cuyo
germen causal es Staphylococcus aureus meticilino
resistente, adquirido en la comunidad, debiendo
administrarse Clindamicina, Trimetoprim
sulfametoxazol, Doxiciclina, Minociclina o Linezolid
(10).
d) Celulitis complicada: Considerada como
enfermedad grave o extensa con múltiples sitios de
infección, de progresión rápida con síntomas y
signos de enfermedad sistémica, pudiendo
asociarse a conmorbilidades tales como:
inmunosupresión, edades extremas, abscesos en
zonas de difícil drenaje, flebitis séptica, falla