Masaquiza J/ Enfermería Investiga Vol. 9 No. 2 2024 (Abril - Junio)
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de su alcance. A diferencia del estudio de Morales
et al. realizado en México que tuvo como resultado
que las enfermeras profesionales y estudiantes que
laboraban en las áreas hospitalarias críticas
presentan una actitud indiferente a la muerte,
mientras que un porcentaje menor desarrolló una
actitud positiva. Así mismo, en Ecuador, diversos
estudios señalan que los estudiantes y
profesionales de enfermería tienen una aceptación
neutral y otros una actitud de acertamiento (2).
Algo semejante ocurre con la dimensión de
evitación a la muerte donde se demostró que la
mayoría de los estudiantes evitan tener
pensamientos sobre la misma. Esto significa que los
estudiantes y profesionales de enfermería
presentan una actitud de evitación como una de las
actitudes más frecuentes; tratan de aislarse de la
situación, escaparse y huir, debido a que no desea
conocer datos sobre el paciente y no verse
involucrado de ninguna forma en el proceso de
morir (15,16). Otras actitudes, aunque menos
frecuentes, son la aceptación y acercamiento al
paciente terminal, en donde el personal de
enfermería se compromete y entiende que la muerte
es inminente, por lo tanto, requiere aplicar
habilidades con el fin de que el proceso de morir se
lleve de la manera más humana posible (17).
Otra de las actitudes que se pueden presentar los
estudiantes de enfermería es la aceptación neutral
del proceso, definida como la percepción de la
muerte desde un punto de vista relacionado con el
temor ante esta, siendo entendido como un suceso
que por naturaleza genera miedo en las personas,
pero también la aceptación de que es un hecho que
debe suceder en el trascurso de la vida (18, 19,20).
Por ello, los docentes tutores deben realizar
intervenciones en la formación y disciplina de sus
estudiantes, porque la muerte les puede generar un
fuerte impacto dos áreas importantes de sus vidas.
Por un lado, mejorar sus capacidades académicas
como futuros profesionales, y por otro, adquirir
habilidades y actitudes positivas hacia el final de la
vida, la muerte y el duelo, incorporando la filosofía
de vida de que “ayudar a morir es aprender a vivir”,
cambiando la visión de la vida, llega a rechazar y
temer la visión de la muerte (21).
Los estudiantes de enfermería, en su totalidad,
desarrollaron un afrontamiento inadecuado ante la
muerte; vale decir que cada persona reacciona de
manera diferente a la muerte de un paciente debido
a que enfrentarse a ella les hace reflexionar sobre
su propia muerte y la de sus seres queridos,
produciéndoles ansiedad e inseguridad. De manera
similar, investigaciones similares realizadas en
España concluyeron que existe un afrontamiento
inadecuado por parte del personal de enfermería
que participó en el estudio, evidenciándose un nivel
de afrontamiento medio con relación a la muerte. (1,
22,23). En Ecuador en un estudio realiza afinaron
que existe un afrontamiento adecuado o correcto
hacia la muerte, además se evidencio en menor
porcentaje de afrontamiento neutral hacia la muerte
(24). De manera similar, el estudio realizado por
Vásquez estableció que los participantes no
alcanzaron un nivel adecuado en relación con el
afrontamiento a la muerte (25).
Además, la investigación realizada en Paraguay
estableció que al aplicar la escala de Bugen, se
observó un bajo nivel de afrontamiento a la muerte,
de los cuales hubo un predominio en el sexo
femenino (26). Por otro lado, en España se
estableció que, de manera generalizada los
estudiantes analizados no se encuentran
interesados en la temática estudiada y se muestran
reacios o en negación ante el afrontar la muerte, lo
que le genera niveles de ansiedad elevados (27).
Sin embargo, en México a través de un estudio se
estableció que las experiencias de los estudiantes
de enfermería sugieren que su dificultad para
enfrentar la muerte no es una barrera para brindar
los cuidados necesarios, se cree que una
preparación más profunda para el proceso de morir
puede beneficiarlos en su rol profesional (28).
Además, en España se evaluó la percepción de los
estudiantes de enfermería hacia el proceso de la
muerte, donde se determinó que, los participantes
poseen baja preparación para afrontar la muerte,
temor e inquietud, así como un dese obstinado de
salvaguardar la integridad del paciente,
evidenciando un grado elevado de implicación
emocional de los estudiantes en brindar cuidados
paliativos al paciente (29,23).
De manera similar, un estudio realizado en Chile
tuvo como principales resultados que, los
participantes del estudio poseen las características
psicométricas adecuadas en cuanto a la aplicación
del instrumento de la escala de miedo a la muerte
(30).
CONCLUSIONES
La mayoría de las estudiantes se encontraban en
un rango de edad entre 22 – 25 años, además se
evidencio que el sexo predominante es el femenino.
En las actitudes ante la muerte, la población en
estudio expresó miedo a la muerte, evitar a esta,
evitan acercarse a la muerte, buscan un escape y
algunos una aceptación neutral. La mayoría
demostraron tener un afrontamiento inadecuado
ante la muerte, lo que significa que al estar en
contacto con un paciente al final de su vida le afecta
emocionalmente, llevándolos a sentirse culpables
de no haber logrado prolongar la vida del paciente.
FINANCIACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
Autofinanciado
CONFLICTO DE INTERESES
Ninguno
AGRADECIMIENTO
A la Universidad Técnica de Ambato y a los Internos
Rotativos de la Carrera de Enfermería por su
colaboración en este estudio.